Marco Terencio Varrón
116-27 AC. Escritor romano.
La frase de hoy: Preferiría tres veces poner en riesgo la vida bajo las armas, que parir una sola vez…
Una de las experiencias más incomprensibles para mí es el deseo de engendrar nueva vida, quizás sea motivado porque no concibo la necesidad ni mucho menos el motivo.
Un hijo es una arriesgada apuesta, que casi siempre sale regular, pero que hasta en el mejor de los escenarios posibles te modifica la vida de una manera irremediable. Mi egoísmo no me lo permite o quizás sea incapaz de querer más allá de mis extrarradios.
Empero admiro el valor de los que afrontan el reto, especialmente las mujeres, porque ellas gastan de lo suyo y arriesgan todo lo más valioso que poseen y aceptan, casi siempre sonriendo, una eterna relación de dependencia.
Sé, porque así lo escribió un genio como Gore Vidal, que el mundo se acabará por la suma de esos pequeños egoísmos que es la maternidad, pero no resta grandeza ni mucho menos épica a las mujeres que deciden engendrar y parir y después dedicarse a vivir solo por aquellos a los que han parido, una condena voluntaria y sin apelación.
La misma grandeza que debieran tener las que deciden no hacerlo, sin tener que soportar las recriminaciones de esos miserables que solo tienen ponzoña dentro y que hacen desear que un día sus madres no los hubieran concebido ni mucho menos parido…
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1 comentario:
Decía Ernesto Sábato, en su pequeño libro de memorias "Antes del fin", algo así como que los jóvenes ya no quieren tener hijos, lo que él interpretaba como el mayor de los escepticismos.
Gran frase, don Miguel. Me está gustando lo de la frase en latín.
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