Tito Maccio Plauto.428-347 AC. 254-184 AC. Comediógrafo romano. Quizás la mala educación es un símbolo de nuestros tiempos. Los vocablos gruesos, los términos despectivos y hasta el insulto fácil son de uso tan común que lo realmente insólito es su contrario.
No es que la pacatería a lo Pemán fuera un ideal, ni tampoco la pedantería cercana a la nausea propia de niños bien, pero es que hemos derivado a una permanente esgrima verbal de verduleras, adobadas con epítetos que harían enrojecer al más rudo camionero.
Ya no es ni siquiera extraordinario cruzarse con grupos de chicas y chicos, que apenas despuntan la adolescencia, cuyo monotema es quien se la chupa a quien, si te escuece cuando te pasas la esponja, o lo grande que la tiene ese o aquel. Y todo ello salpicado con cariñosas interpelaciones tipo: víctima de infidelidad (cabrón), de madre cortesana (hijo de puta), cortesana (zorra), de vicio nefando (maricón), fellatrix (come pollas), de cociente intelectual bajo (gilipollas), de higiene deficiente (guarra)…
Si los oídos a veces sangran es sin duda por tanto venablo malsonante, y aún reconociendo el valor catártico de un coño dicho a tiempo, con ganas y a pulmón lleno, el hastío de tanto soez deslenguado nos llega y nos satura. Pero mal remedio hay, quizás seguir la advertencia del genial Payaso Tito, si no quieres oír zafiedades, no las digas…
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