Las crisis de los hombres se manifiestan cuando sus mundos se saturan de respuestas y escasean las preguntas.
Dalmiro Sáenz
1926-. Escritor argentino. Nada hay más peligroso que la certeza. Por desgracia vivimos en un mundo lleno de seguridades. Damos por sentado tantas cosas que agobia la menor duda. Plantearse para que sirve lo que hacemos o lo que dejamos de hacer es tan incuestionable como el parpadear ante el polvo.
Pero quizás sea más grave el hacerse preguntas. Damos por sentado que en nuestro mundo no siempre triunfa la calidad ni la competencia. Que, aunque no sabemos porque, los necios tienen carta de naturaleza, que se deben amar a los niños y divertirse y tener buenas intenciones en Navidad.
Sobre todo es muestra del grado narcótico de nuestra sociedad el que sigamos creyendo en un dios poderoso, que encima se orla de pompas siniestras y da a los que le siguen patente de buena gente.
La duda es principio de vida y generadora de cambios. El no dudar, el no preguntarnos nada, nos convierte en un sinsentido complaciente y una masa amorfa fácilmente maleable por los de siempre. Creo…
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1 comentario:
El otro día leí, no sé donde, lo siguientre "Cuando supe todas las respuestas, me cambiaron todas las preguntas"
Pues eso, hay que dudar, porque creerse todo a pies juntillas solo trae traumas futuros cuando abres los ojos
Muxu handi bat zuretzat :o)
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