Valeriu Butulescu
1953. Escritor rumano. Un aforismo de este genio, que os recomiendo de forma encarecida, para ilustrar lo absurdo que es a menuda nuestra apreciación sobre la importancia de lo que hacemos.
Ponemos reparos en faltar al trabajo si estamos enfermos porque sin duda la empresa cerrará y de ahí nuestra sorpresa infinita cuando no solo no cierra sino que ni siquiera nadie se da cuenta de nuestra ausencia. Confiamos demasiado en que sabemos lo que realizamos sin valorar que, en la mayoría de los casos, hacemos cosas superficiales y sin las que el mundo podría vivir. No salvamos vidas, no hacemos progresar al mundo, no cercamos al hambre y sin embargo nos compartamos como si eso fuera cierto.
El absurdo no es valorarnos en demasía sino no darnos cuenta de que somos míseros arroyos, sin fuente, y que pasaremos sin dejar huella, ni rastro, ni marca ni siquiera una remota manchita. Pero podemos seguir pensando que el mundo comenzó justo el día de nuestro nacimiento, ni un segundo antes. Seremos tan necios como el perro que lanza improperios a la luna, cargado de razones, y la luna sin duda ante eso solo puedo responder: pues anda que tú…
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1 comentario:
Hola Miguel,
Empiezo por decirte que la foto elegida es preciosa, me gusta mucho. En cuanto a la frase, totalmente de acuerdo con el señor Butulescu -de quien tomo nota tal y como recomiendas-, y totalmente de acuerdo contigo hasta el último párrafo. Sé que mi nombre no figurará en ningún libro de historia o tratado sesudo sobre materia imprescindible, ni mi labor es prioritaria en el caos del mundo, pero espero dejarlo (el mundo, digo) pensando que alguien quedará por aquí echándome de menos, aunque sea un ratejo.
Besos.
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