René Descartes .1596-1650. Filósofo y matemático francés. Cuando se pierde la confianza en alguien es un estropicio difícil de remendar. A la memoria es inevitable que nos venga el peor sentimiento que ha generado la humana condición, la desilusión.
Esperar lo peor de los enemigos o los tibios es algo que nos viene dado. Pero tener constancia de que el dardo nos puede venir de aquellos a los que hemos metido dentro de nosotros, en cuerpo y a veces también en alma, es bastante más duro de lo que podamos suponer.
Y si una vez aclarado y perdonado el envite queremos que todo sea igual y prosiga como si no hubiera ocurrido, se siente, ni cabe ni es posible. Esa pesada sombra cubrirá cualquier inocente disculpa, cualquier retraso, cualquier explicación asaz procelosa, y pondremos en permanente juicio lo que antes era comestible sin más.
Por eso lo que sea difícil de enmendar mejor que no ocurra y si ocurre, que la memoria nos haga favor inmenso de hacernos olvidar y si ello no es posible…
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