martes, 4 de agosto de 2009

Frase del día 4 de agosto de 2009


Transient quae fecit ipse Deus; quanto citius quod condidit Romulus. Non ergo deficiamus, frates: finis erit terrenis omnibus regnis…


Agustín de Hipona. 354-430. Filósofo cristiano.

Lo primero traducir la frase:

Las obras del propio Dios son perecederas; cuánto mas no lo serán las de Rómulo. Por tanto, hermanos, no temáis: todos los reinos de la tierra tendrán su fin…

La frase de hoy trata de lo efímero que es todo lo que somos y tenemos y que poca cuenta nos damos de ello, empero si supiéramos que en un segundo todo puede terminar, nada es tan fácil como aceptar que lo único cierto es que nada es seguro.

Basta leer una noticia para saber que el fin golpea de repente, a traición, como siempre, porque la tragedia es lo menos previsto que existe, nadie sale de casa y tiene en cuenta que esa persona con la que ha dormido, a la que ha dado un beso de despedida con descuido y sin pasión, puede ser la última vez que la vea, porque si lo supiera, o lo sospechara, ese fugaz beso de protocolo se habrían convertido en miles apasionados.

Y si algo le hubiera dicho que era la última noche que compartían, no hubieran dormido con la fría indiferencia de la rutina, separados, casi sin tocarse, sino que las caricias habrían imperado, la pasión, el sexo, la locura del placer tasado y que sabe con caducidad.

Pero no, nada nos lo dice, y perdemos lo que amamos y tenemos sin recordarlo, y entonces, solo entonces daríamos mil años de vida por un segundo para despedirse, para besar, para tocar, para sentir.

No queremos tener previsión de la pérdida y con eso ignoramos la ganancia hasta que es demasiado tarde. Por eso, lejos de ser profeta del desastre quiero alentar aferrarse a la vida, y a todo lo que la compone. Dejar las quejas, que asco de trabajo, que asco de vida, porque añoraremos con tristeza lo que perdamos.

No dejar pasar ni un solo día, ni un solo instante sin hacer el amor a tu pareja, sin decirle lo mucho que le amas. No dar un solo beso por compromiso, besar como si fuera la última vez, como si no existiera nada más alla de ese beso. Que no pase una noche en la que no hayas dormido abrazado, incluso ahora con el calor.

Nunca olvides lo bien te que te sientes cuando bebes agua sediento, cuando comes hambriento, cuando te quitas los zapatos al final del día, cuando lloras con una ópera o con una buena película, cuando ríes con tus amigos, cuando acaricias esa piel tan conocida, cuando en definitiva vives.

Y si golpea el destino, al menos en el dolor y la pena te quede la luz de que no se quedó nada por hacer ni decir, que ese último día fue tan pleno como los anteriores.
Si el fin es inevitable, al menos que no nos alcance sin haber empezado…

1 comentario:

raindrop dijo...

Buenísima reflexión y muy útil. Para tenerla siempre presente.

Es este tipo de ideas, cuando se llevan a la práctica, las que más sentido le dan a la vida. Porque la vida vivida a medio gas no merece tanto la pena.

saludos